miércoles, 26 de enero de 2011

De carácter estructuralista


 Relaciones de significado y significante.
¿Hasta qué punto somos concepción? ¿Qué parte de nosotros pertenece al todo? ¿Hasta qué punto somos por nosotros mismos?
Las teorías estructuralistas se comenzaron a trazar a finales del siglo XIX y surge con la propia concepción de arte como elemento por sí solo,  como significante independiente de cualquier otra dimensión como podrían ser la fe y el poder. El mecenazgo era el motivo y destino que controlaba  la producción artística que se dará hasta la etapa decimonónica y que aun hoy en día nos acecha camuflado en el galerista o en el mercado de arte.
Los estructuralistas proponen una serie de enlaces por los cuales todo conlleva un significante y un significado concretos  totalmente asociados y unidos hasta el punto de que unos significantes  ejercen como elementos de una cadena que interaccionan de forma constante entre sí. Cualquier alteración de un solo elemento supondría un conflicto  a una escala que iría aumentando hasta  cambiar todas las relaciones existentes  entre los elementos dentro de un mismo contexto sociocultural.  Así  mismo cualquier  elemento poseería un equivalente del mismo fuese cual fuese la lengua y el entorno cultural o étnico. Por ejemplo, la palabra casa, posee un nombre distinto según el idioma pero la asociación conceptual  para con el significante se situaría en el mismo puesto en el que se encontraría en la estructura conceptual de otro idioma, esto define el sistema estructuralista como predecible.
Este sistema pese a los esfuerzos de Lévi -Strauss, su principal defensor, no es un sistema analítico totalmente factible. Es más el movimiento posestructuralista no lo tuvo  muy difícil a la hora de rebatir estas teorías. El simple hecho de que cada día nos encontremos mas y mas sumergidos en la interculturalidad y la crisis identitaria que esto supone en el  individuo moderno, ejemplifican claramente la ruptura de la posible solidez del estructuralismo.
El arte no se queda atrás en este aspecto. La utilización del objeto ya hecho como objeto artístico significo el culmen y la ruptura total de arte como fin estético simple y sin ningún trasfondo más que la mera representación.
Hoy en día la diversificación y los campos que abarca el arte son tantos y tan variados que quizá el arte sea más que nunca un motivo subjetivo para unos determinados gustos.
Por otro lado no podemos negar que el arte es sociedad y que esa diversificación o conjunto de esquejes en los que el arte se encuadra ahora mismo no es más que el reflejo de nuestro tiempo, entonces porque no buscar nuevos campos,  nuevas aplicaciones, nuevas conciencias, nuevos caminos,…………………………….

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